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Por consiguiente, también en la naturaleza, en la materia, hay alma o espíritu. Lo material y lo espiritual aparecen, en definitiva, entremezclados o confundidos. En cambio, para la noción del alma, o espíritu, como relacio- nados con dimensiones personales peculiares y distintas del cuerpo, propiamente no ha lugar en el hombre primitivo. Ni, de suyo, lo hay tampoco, por último, para la idea del cuerpo como algo peculiar y diferente del alma y el espíritu. EL DUALISMO DE ALMA Y CUERPO EN EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL No entra aquí dentro de nuestro cometido, por limitaciones espaciales que nos son impuestas, bosquejar siquiera la historia de lo que es la manera dualista de entender el problema de la relación alma y cuerpo a lo largo de la historia del pensamiento occidental. Nos detendremos, entonces, en señalar principalmente cómo se hace explícita la concepción o consideración objetiva, del hombre en los términos de un dualismo antropológico, de origen órfico, según hemos establecido ya, en el periodo clásico de la filosofía griega y en qué medida se distingue éste del desarrollado en la época moderna desde el seno del racionalismo. Con Platón la relevancia de la problemática sobre el dualismo alma y cuerpo en el hombre es tal que, en gran medida, ocupa el centro de su filosofía. Y, tras Platón, cerca de dos siglos más tarde, dicho dualismo, invirtiendo el proceso inductivo aristotélico, alcan- za su punto culminante con Descartes a causa de la manera extre- ma cómo el filósofo francés interpreta la problemática antropológica. Tratando de no incidir en aspectos sobradamente conocidos, comen- cemos poniendo de relieve aunque sólo sean algunos rasgos del planteamiento dualista platónico que se nos antojan novedosos. Para Platón alma y cuerpo constituyen, ciertamente, dos esferas distintas y contrapuestas. Más aún, rechazando la opinión materialista de la escuela médica siciliana de Filolao sobre el alma como la armonía resultan- te del cuerpo, Platón destaca de modo especial una prioridad radi- 576 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO