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tos. La relación entre católicos y protestantes en Alemania mejoró considerablemente porque su obligada reacción contra el nacional- socialismo les llevó a ello. Pero aun en estos casos tiene que darse una predisposición e incluso una mayor o menor preparación pre- vias. Lo que es incompatible con la índole de la religión, más aún en un mundo globalizado, es su adscripción o simplemente vinculación a cualquier tipo de nacionalismo 52 . La religión es inherente a la natu- raleza humana, pero no es simple producto de la misma —como no lo es tampoco el arte, la ciencia o la filosofía—, puesto que presu- pone que el hombre hace una interpretación de su vida, interpreta- ción que tiene además que ser actualizada y renovada permanentemente. Y es contradictoria además la religión con el nacionalismo, sobre todo hoy, porque en una época globalizada en la que formas de ser y de vivir se mezclan sin remedio y están pos- tulando, por exigencias de la vida misma, el reconocimiento y el res- peto del otro en cuanto otro, no es admisible dar por válido ningún sistema que, apoyado en la tribu, la estirpe o la etnia, sea de ante- mano excluyente. Previamente hemos insistido en que toda religión es positiva, particular, ésta o aquélla, pero eso implica que desde su carácter particular está abierta y comprometida con lo que es y pos- tula el bien, que es siempre el bien de todos, y por ende el recono- cimiento de cada uno 53 . En este contexto quisiera hacer una breve aclaración sobre Hegel, cuyo concepto de mediación, sin duda fundamental en su sis- tema, se ha pretendido aplicar para decir, por ejemplo, que el Cristianismo está mediado, mediatizado por la etnia, el propio pue- blo, etc. Nada más falso. No sólo el arte o la filosofía, especialmen- te la religión en su forma más elevada, constituyen el espíritu absoluto, que se sustrae a cualquier forma de finitud, es decir, de recíproca exclusión. La religión está sin duda mediada bajo diferen- EL FIN DEL EUROCENTRISMO RELIGIOSO… 545 52 La lectura de E. Hobsbaum y de E. Gellner (cf. nota 14) es saludable, entre otras cosas porque nos recuerda que el nacionalismo es un fenómeno muy reciente y por tanto no puede estar constitutivamente unido a la religión. 53 A partir de aquí cabría desarrollar lo que A. Wimmer ha caracterizado como “universalismo pragmático”, cf. “Die Pragmatik der kulturellen Produktion”, en M. B ROKER -H. H EINRICH N AU , O.c. , (nota 18), 120 ss.

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