NG200403007
influencia, regímenes económico—sociales incompatibles entre sí y amenaza latente de guerra nuclear 21 . Se trata de un proceso dinámico de actividad incesante que va integrando en sí, de modo irresistible, «mercados, estados naciona- les y tecnologías en una medida desconocida hasta ahora». Esto, en segundo lugar, posibilita a individuos, empresas y agrupaciones sociales o políticas hacerse activamente presentes en todo el plane- ta de forma más rápida, amplia y penetrante, y con menos coste tam- bién. Simultáneamente, esto provoca una reacción violenta en contra por parte de quienes se ven excluidos del sistema o explotados por él. La fuerza impulsora de la globalización es por otra parte el capi- talismo y su libre juego de fuerzas. Cuantas más competencias se le reconozcan, cuanto más se abra la economía de un país al libre mer- cado y a la competencia resultante, tanto más eficiente y dinámica será. «Globalización significa en este contexto la ampliación del capi- talismo propio de la economía de mercado a todos los países de la Tierra». A este fin, «la globalización está determinada por reglas eco- nómicas propias: reglas para la apertura, desregulación y privatiza- ción de economías nacionales 22 . Una de las características de la globalización y que nos servirá de punto de inflexión para lo que nos interesa destacar es que «está impregnada por una cultura propia» que hace que actúe «de modo homogeneizante». Es decir, la cultura va perdiendo progresivamente su carácter peculiar y autóctono, va perdiendo sus raíces y hacién- dose cada vez más general e impersonal, más homogénea y unifor- mada. Esto no es del todo nuevo, pues la homogeneización de la cultura se había dado ya en la historia de la humanidad, pero siem- pre en ámbitos regionales más o menos amplios: helenización por parte de los griegos, difusión de la cultura española en Iberoamérica o rusificación de la Europa del Este bajo el dominio soviético. La glo- balización va imponiendo, en cambio, un mismo tipo de cultura en todo el planeta 23 . EL FIN DEL EUROCENTRISMO RELIGIOSO… 529 21 Ib ., 20 y 30. 22 Ib ., 30 y ss. 23 Ib ., 31.
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