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longación de un Dios que lo creara para eso, para alcanzar el ser, y logro semejante a él mismo» 29 . El hombre es un ser que se constituye en vistas de una finali- dad 30 . Y esa finalidad consiste en «la búsqueda del hombre» 31 , en la revelación progresiva de la persona humana 32 . «El hombre como persona era realidad nueva que a través de la historia se ha ido des- cubriendo, poniendo de manifiesto» 33 ; «Si se piensa que el hombre apareció ya con toda su humanidad actualizada, la historia sería inexplicable… La historia no tendría sentido si no fuera la revelación progresiva del hombre» 34 . Comprender en qué consista esa revelación progresiva exige una reflexión sobre la peculiaridad del hombre entre los seres del mundo. Una mirada al mismo nos muestra que toda la materia tiene su forma física y su estructura química. Pero sin vida. Sobre ella y más allá de ella, lo viviente se enriquece con las especies vegetales y ani- males. Luego está el hombre que se separa de dichas especies por tener historia. Si bien María Zambrano habla de estas tres formas de existen- cia, su reflexión más detenida se centra en el hombre. Y en ella es fundamental el concepto de vida para comprender las formas de existencia. Cuando habla de la materia, recuerda, sobre todo, su ausencia de vida: es «lo no vivo» 35 . Mirando desde la vida, la materia está de- sierta, «aparece como sumida en la renuncia, en una especie de suprema castidad» 36 . 486 MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA 29 PD 36. Cf. María Z AMBRANO , Filosofía y poesía (México 1987) 13, 41, 52; Jesús M ORENO S ANZ , Las fórmulas del corazón , en El pensamiento de María Zambrano (Madrid 1983) 23, 33, 36. 30 Cf. PD 57, 74. 31 PD 57. 32 PD 45. 33 PD 135. 34 PD 29. Antonio D OBLAS B RAVO , El humanismo existencial de María Zambrano , en Juanfernando O RTEGA M UÑOZ (dir.), op. cit. , 171-178; Fernando M ENÉNDEZ , op. cit. , 26. 35 PD 116. 36 PD 115.

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