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lograrse del todo. Y cuando no se desespera o se encuentra con el horizonte cerrado a este su espontáneo trascender, la imagen de sí mismo se le transforma en monstruo. Y entonces se desespera aún más» 124 . 3) El endiosamiento. Consiste en «una imagen de nosotros mis- mos que excede a los límites de la condición humana y de la nues- tra en particular. Cuando queremos hacernos a imagen y semejanza de algo que anda espontáneamente en el corazón del hombre, una vida más que humana, una vida como se ha creído era la de los dio- ses; sin responsabilidad, ilimitada en poder y albedrío, sin necesidad de justificación» 125 . La deshumanización que provoca el endiosamiento se encierra en que «produce necesaria, obligatoriamente, crimen» 126 , que requie- re víctimas o cómplices, instrumentos, para hacer el crimen. El endiosamiento crea la falsa imagen de un dios pre-histórico o infra-histórico, que devora al hombre 127 . 4) La enajenación. María Zambrano va más allá de la pura ena- jenación materialista 128 . Define la enajenación de la siguiente manera: «Estar enajenado, o alienado, es no reconocerse a sí mismo, no lograr ser fiel a la pro- pia, esencial condición» 129 . Esta enajenación aparece en todos los aspectos de la vida. La raíz es profunda: «Si el hombre no estuviera enajenado no podría enajenarse; su unidad podría ser destruida solamente desde fuera» 130 . LA HISTORIA EN MARÍA ZAMBRANO 505 124 PD 67. 125 PD 70. 126 PD 72. 127 PD 71. María Zambrano alude repetidas veces genéricamente a los críme- nes que han cometido los hombres a la largo de su historia, comenzando por Caín y Abel (PD 71-74). 128 En las pp. 77-78 habla María Zambrano brevemente de la interpretación materialista de la historia de Marx y Engels, así como de la necesidad que se sigue de una acción revolucionaria para rescatar al hombre enajenado. Pero ella sigue otros caminos muy distintos de la dialéctica entre amo y esclavo, patrono y obrero. 129 PD 77. 130 PD 78.

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