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ro. Por eso, la vocación del hombre es su futuro 64 y consiguiente- mente «se encuentra con la tarea de recorrer día a día, paso a paso, aquel camino que le conduce a su finalidad vista en un relámpago, anhelada más que vista: esperada más que conocida» 65 . El tiempo inicial, estrato primero sobre el que trabaja la con- ciencia, tiene entremezclado el pasado y el futuro. El hombre está en el tiempo que aparece como compacto, entremezclándose el pasado con el futuro. Sólo la labor de la conciencia logra ordenar el tiempo, aislando el presente del pasado y mirando al futuro, como su vocación: «El hombre se anticipa siempre, si se le mira desde el presente; si se le mira desde futuro, arrastra consigo y aun se le ve depender del pasado, desde un pasado absoluto. Porque, en reali- dad, el tiempo fundamental del hombre, aquel del que parte y lo hace explicable, es sólo el futuro» 66 . También en el modo de vivir el tiempo, el hombre se alimenta de la verdad. Lleva a cabo el conocimiento cuando recuerda o reme- mora para explicar lo que está pasando en este momento. El hom- bre necesita de la verdad que surge cuando las cosas son «recordadas, traídas al presente» para ofrecer la clave de lo que suce- de en el presente actual distinto del otro presente que vivieron las cosas, que ahora encuentran su verdad en el recuerdo 67 . 3.—María Zambrano, de una manera fugaz, pasa de esta teoría a un análisis de hechos históricos, señalando algunos momentos en este proceso de revelación o aparición del hombre. Serían estos: a) Revelación (también lo llama «camino») en la selva oscura y compacta de lo divino, frente a un Dios (caso de la Biblia) o frente a dioses múltiples (caso de Egipto) 68 . 492 MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA 64 PD 37. 65 PD 35-36. 66 PD 37. 67 «Tiende la persona a crear un tiempo circular; no lo consigue pues sería la vida perfecta; mas podemos aproximarnos un tanto mas a ella, sin temor a que la vida cese, nuestra vida… Pues la persona posee viviendo, conociendo. Y cuando se conoce algo, una realidad cualquiera, se la hace presente . Estar presente que en español tiene el sentido de presencia y de presente temporal; está ahí al descubier- to, no nos es extraño, ni oculto. La persona necesita de presencias» (PD 131). Cf. también María Z AMBRANO , El hombre y lo divino (México 1955) 248-250, 306-307. 68 PD 30.

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