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te y dormida; se requiere la decisión de invocarla y una vez des- pierta, vivir desde ella» 48 . ¿Qué constituye a la persona? ¿Qué es ser persona? Consiste en vivir de una manera propia, distinta de los demás seres (en particular del modo y vida animal) y que se caracteriza por dos dimensiones propias y exclusivas del hombre: la soledad y el modo de vivir el tiempo . Ambos aspectos son estudiados por María Zambrano, señalando también algunos momentos fundamentales de la revelación o aparición del hombre. 1.—La soledad es «respecto al hombre, lo que el medio ambien- te al animal» 49 . «La diferencia entre el hombre y el animal [está] en la condición que el hombre tiene de ensimismarse, de entrar en un lugar propio…donde retirarse de la atención al contorno, mientras que el animal…está en continuo sobresalto, aterrado en la atención al contorno, enteramente ocupado en vivir… El hombre puede y aun tiene que detener este «tener que estar viviendo» para entrar en sí, en ese lugar donde su soledad le aguarda. En ella, sin duda vive, mas en otro modo. Además de vivir como el animal, vive de otra manera» 50 . Aclarando un poco más esa soledad desde un punto de vista directamente humano afirma que «ser hombre es ser persona y per- sona es soledad. Una soledad dentro de la convivencia. Y allá en ese fondo de la soledad en que vive cada hombre, se mira y se ve, se piensa luego» 51 . También llama María Zambrano a la soledad, ese lugar en que habita la persona, «íntimo espacio» 52 . LA HISTORIA EN MARÍA ZAMBRANO 489 48 PD 125. 49 PD 119. 50 PD 118-119. Cf. María Z AMBRANO , Hacia un saber sobre el alma (Madrid 1987) 39; ID., Algunos lugares de la pintura (Madrid 1989) 100. 51 PD 124. En El hombre y lo divino (México 1955) encontramos esta otra des- cripción de la persona: «Persona es lo que ha sobrevivido a la destrucción de todo en su vida y aún deja entrever que, de su propia vida, un sentido superior a los hechos les hace cobrar significación y conformarse en una imagen, la afirmación de una libertad imperecedera a través de la imposición de las circunstancias, en la cár- cel de las situaciones» (p. 251). 52 PD 124. En otros lugares habla de un «dentro» «privilegio de la condición humana» y que identifica con el «interior» de San Agustín (PD 119). Cf. María

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