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do de lo sagrado, de ese fondo oscuro, hasta llegar a la propia con- ciencia, tarea ésta que llevó a cabo la filosofía no sin antes pasar por la mediación de lo divino. Y este irse descolgando, este ir obtenien- do sus porciones de ser, implica el sacrificio, pues hacerse libertad (=ser) es conquista que podría exigir la acción suprema. Por el alma se podría hasta entregar la vida, pero no al revés. Ahora bien, al hombre se le concede a cambio, un saber que corresponde al sacrificio: la inspiración. La inspiración, saber recibi- do, no tiene aún la nitidez de la revelación. La inspiración es: “un saber que pone de relieve la angustia de este mundo de lo otro: angustia de la discontinuidad, angustia de los múltiples ins- tantes separados entre sí por abismos, de vacío y de silencio” (HD, 211-212). En estos instantes ya el hombre, liberado en parte del delirio de persecución, siente la discontinuidad en el tiempo, la angustia de los instantes separados, es decir comienza a vivir su tiempo propio, el de su vida, y tiene nostalgia de la unidad. En el caos busca la uni- dad, pues ya no se siente inmerso en el misterio, en el fondo oscu- ro que le rodeaba, que le trascendía, pero que a la vez le mantenía en un cierto entrañamiento. Esta forma de acercarse a lo divino, su trato, es negocio de la piedad. Pero en esta forma de piedad ya se tiene en cuenta lo sagrado como nostalgia, porque tal inspiración procede de la angustia de la unidad perdida que se realizaba en lo sagrado. Pues bien, las formas que expresan este saber de inspiración son la poesía y el arte. El arte como empeño en perseguir y desci- frar la huella dejada por la unidad, por la existencia perdida. Y los momentos en que ahora, en este tiempo andamos, son consecuen- cia de aquel desgajamiento, y por tanto surge la nostalgia de ese tiempo escindido; tal nostalgia es la que expresa la poesía. Poesía es así, palabra inspirada, creación primera humana, aunque pasiva todavía. De aquí el carácter sagrado del poeta. «El poeta original es un oráculo» (HD, 211). La poesía primera que era lenguaje sagrado de un período ante- rior a la historia, siendo este lenguaje sagrado acción liberadora y 470 LUIS ANDRÉS MARCOS