NG200403004

todas ellas. «La movilidad es tal que como movimiento en sí mismo se procura a sí mismo. Es la movilidad de la vida fáctica la que hace esta misma vida; de tal manera que la vida fáctica, viviendo en el mundo, propiamente no produce ella misma el movimiento, sino que vive el mundo, como el ‘en qué’, el hacia qué y el para qué de la vida» 26 . A esta movilidad de la vida fáctica, que se va formando a sí misma y que así va progresando y que como tal es hecha por su mundo, Heidegger la llama ruina ( Sturz ). «Un movimiento que se forma a sí mismo y no a sí mismo, sino el vacío, hacia el cual se mueve. Su vacío es su posibilidad de movimiento. Con esto se logra el sentido fundamental de la movilidad de la vida fáctica, que nos- otros fijamos terminológicamente como Ruinanz ( ruina, Sturz )» 27 . Esta ruina es un carácter fundamental de la facticidad. En este contexto de ideas habla Heidegger del carácter kairoló- gico. La vida se da o sucede en la realización del cuidar, en el mundo y a través del mundo. «Este suceder, según todo lo explica- do hasta aquí, no se entiende como un sobrevenir o un surgir obje- tivo, o al modo de un suceso, sino que es un como ( Wie ) de la misma realización del cuidar… Como tal, todo modo de suceder tiene su determinado (fáctico) carácter kairológico ( kairovı - Zeit ), su determinada relación con el tiempo, esto es, con su tiempo, que se halla en el sentido del conjunto de la realización de la facticidad. Lo kairológico encierra, por tanto, determinaciones categoriales, con referencia a las (formales) relaciones con el tiempo en lo fáctico y para lo fáctico». Heidegger añade que en este contexto introduce lo kairológico únicamente «para mostrar en ello la específica ruina ( Ruinanz ) del cuidar, de la vida fáctica» 28 . Lo kairológico aquí es la relación del cuidar ( Sorgen ) propio de la vida fáctica con el tiempo, con su tiempo. Este tiempo de la vida fáctica se da en la movilidad. Heidegger dice poco después que no se entiende aquí el tiempo «ni como un marco o dimensión de orden, ni como carácter (específico formal) de relación de eventos históricos, sino como específico como de la movilidad ( Wie der FILOSOFÍA HEIDEGGERIANA Y kairovı 451 26 Ib., 130. 27 Ib., 131. 28 Ib., 137.

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