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Toda la poesía oral, sea épica o trágica, supone, no ya un arte imitativo que no reproduce la verdad con exactitud, sino una edu- cación ética perturbadora del alma del que aprende, porque exige un enorme esfuerzo emocional e intelectual para conseguir apren- der de memoria miles de versos, cuyo contenido impregna la mente del alumno y ciudadano que vive según lo aprendido, sin la distan- cia crítica necesaria para pensar por sí mismo, porque todas sus energías mentales, toda la capacidad de su memoria y de su inteli- gencia interior se llenan por completo con el libro de texto exterior que conforman los versos de los poetas. Las poesías y los mitos imitativos de la tradición oral son un libro que enseña desde fuera una forma de vida mimética e incapaz de suscitar la libre elección del propio rumbo de la existencia per- sonal. Pero se equivoca Havelock al creer que Platón rechaza todo tipo de poesía y de mito. Los mitos platónicos y la poesía filosófica que se presentan en el Banquete y el Fedro son expresión de una nueva forma de poesía y de mito que no exige la identificación con un contenido dogmático e intocable, sino que es más bien el inten- to de suscitar un pensar crítico y personal por medio de la asocia- ción de las imágenes con los conceptos a los que apuntan. La nueva poesía de los mitos platónicos, a juicio de Gentili, presenta la forma de «un mito depurado de las invenciones efímeras y falaces de los antiguos y tornado en continente de los nuevos valores del estado: por tanto, mito como metalenguaje apropiado para un contenido nuevo, como ropaje seductor de la reflexión filosófica» 14 . PLATÓN: LA ESCRITURA EN EL LIBRO DEL ALMA 401 ración, con el fin de que los niños vayan modelando el carácter hasta poder alcan- zar el descubrimiento de la justicia. A pesar de sus palabras elogiosas de la poesía, Platón llega a desterrarla de su ciudad, como una pasión que perturba el equilibrio emocional, como un amor desmedido que es preciso dejar en el camino de la edu- cación ética. Porque la poesía, como las demás artes, es mímesis, imitación de mode- los, que han de ser dignos de imitación, pues «los actos de mímesis, si se persevera en ellos desde la niñez en adelante, se atrincheran en nuestros hábitos y en el carác- ter—del cuerpo, de la voz y del estado mental por igual» ( República III, 395 d). En realidad, piensa Platón, uno llega a parecerse a lo que hace o a lo que ve que se hace. Se aprende por imitación del ser de lo aprendido, como también señala Aristóteles ( Poética , 1448 b). De ahí la necesidad de establecer una ética de las narra- ciones que moldean el carácter del que aprende. 14 G ENTILI , B., «Prefazione» a Cerri, G., Platone sociologo della communica- zione (Milano 1991) 15.

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