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pulcritud un tratado filosófico perfecto. Pero la misma forma elegi- da por él muestra que el pensar se halla siempre en el camino, en el interrogar. Incluso eso que se llama su pensamiento no es sino el constante fluir de las voces de los más de cien interlocutores de Sócrates en los diálogos platónicos. Y su propio pensamiento jamás se detuvo, porque el pensar es por naturaleza «un diálogo silencio- so del alma consigo misma» 28 , un río que no se detiene, un espejo líquido en el que se reflejan imágenes siempre en movimiento. Pero si hay alguna forma de expresar esa contraposición entre la superficialidad de la escritura inerte y la oralidad viva del lengua- je interior tal vez sea a través de la relación de la exterioridad con la interioridad, dos conceptos que Platón utiliza con una clara fun- ción plástica, como ya señaló Schleiermacher, en su introducción a la traducción alemana de las obras de Platón 29 . La contraposición entre exterioridad e interioridad sirve para explicar con claridad la distinción entre escritura y oralidad, entre retórica y filosofía, entre libro y mente. Y no cabe duda de que el texto que mejor permite ver la aplicación de esta pareja de conceptos es el discurso final de Alcibíades en el Banquete 30 . Como es sabido, el Banquete presenta una estructura original entre los diálogos platónicos. Es un combate de discursos sobre éros que se presentan como una caja china, es decir, cada uno queda per- fectamente encajado en el siguiente, formando un conjunto de cír- culos concéntricos armoniosos. La forma dramática de la obra presenta dos partes diferenciadas: una primera, que tiene la trama de obra dramática, en la que los personajes compiten por la victoria en el certamen de discursos, y otra, final, que más bien tiene el carácter de un drama satírico, pues en ella se funden lo cómico y lo trágico. Esta parte última la llena la intervención de Alcibíades. PLATÓN: LA ESCRITURA EN EL LIBRO DEL ALMA 409 28 P LATÓN , Sofista, 263 a. 29 Konrad Gaiser, uno de los más destacados representantes de la Escuela de Tubinga, ha realizado un espléndido comentario de esta genial intuición de Schleiermacher, en unas brillantes páginas, que me servirán de guía para interpre- tar el Banquete . Véase: G AISER , K.: Platone come scrittore filosofico (Napoli 1984) 55- 76. 30 P LATÓN , Banquete , 212 c-222 c.
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