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arteria venosa. En la base, el corazón tiene ciertos cartílagos. Todo él está rodeado por una membrana, que se llama cápsula del cora- zón. En él asienta el espíritu vital, especialmente en el ápice del ven- trículo izquierdo. Esta descripción básica del corazón se repite con muy pocas variaciones a todo lo largo de la Edad Media. Véase, como ejemplo, lo que a propósito de la víscera cardiaca escribe Averroes en su Colliget : «La forma del corazón es redonda, al modo de una piña, que en árabe se dice semiara . Se encuentra en posición oblicua, con la punta dirigida hacia la parte inferior del cuerpo, y la raíz, hacia la superior. Posee una gruesa membrana que lo rodea, aunque no llega a unirse en la raíz. Está situado en el centro del pecho, si bien su cabeza, es decir, la punta, tiende más hacia la parte izquierda. Una gran arteria nace de la parte izquierda, por lo que el latido aparece con mayor intensidad en esta parte, y por eso creen algunos que el corazón está situado en ella. Tiene dos grandes cavidades, una a la derecha y otra a la izquierda. En su raíz existe una cosa, parecida al cartílago, que viene a ser como los cimientos de todo el corazón. Hay comunicaciones entre la cavidad derecha y la izquierda. En la cavidad derecha hay dos orificios. Uno de ellos es el orificio de la vena que está unida al hígado, la cual nace del hígado, según Galeno, y del corazón, según Aristóteles. En este orificio hay tres membranas que se abren o dilatan en el momento de la entrada de la sangre, y después se cierran convenientemente. El segundo orifi- cio es el de la vena que une la cavidad con el pulmón, y es una vena que no late, a pesar de que sus túnicas son gruesas, a semejanza de las de las arterias. Este orificio tiene unas membranas que se abren hacia fuera y no hacia dentro, al contrario de las membranas del otro orificio. En la cavidad izquierda hay también dos orificios. Uno es el orificio de la gran arteria. Tiene tres membranas, que se abren desde dentro hacia la parte exterior. El segundo es el orificio de la arteria que se une al pulmón. En este orificio hay una membrana que se abre hacia dentro y hacia fuera. Tiene el corazón dos aditamentos parecidos a unas orejas, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y los pulmones se esponjan sobre el corazón. Y el corazón posee muchos y variados tejidos» ( Colliget L. I, c. 24). Tras esta breve descripción de la experiencia anatomofisiológi- ca de la cardiología antigua, veamos ahora el otro campo, el de la LAS RAZONES DEL CORAZÓN 377
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