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1.-FECHAS MAS SEÑALADAS EN LA HISTORIA DE LA PROVINCIA Nuestra Provincia ha considerado siempre a San Lorenzo de Brindis como fundador. Su presencia y actuación en Madrid, al venir por vez primera en ca– lidad de embajador ante Felipe III, influyeron notablemente en la empresa de fundar un convento capuchino en la corte de España. No obstante, quien oficial– mente estuvo encargado de esto fue el P. Serafín de Polizzi. Gracias a las gestio– nes de uno y otro pudo establecerse la primera comunidad capuchina en la corte el 12 de noviembre de 1609, en el llamado Hospital de los Italianos, que dejarían para instalarse, el 26 de abril de 1614, en el que más tarde se llamó convento de San Antonio del Prado. Tras de aquel primer convento se fueron estableciendo otros, de tal modo que, al celebrarse Capítulo general en 1618, los ocho conventos ya existentes, así en tierras de Castilla como de Andalucía, eran constituidos o agrupados en Pro– vincia con el título de Encarnación de las dos Castillas. En 1625 se desmem– brarían los establecidos en Andalucía para formar una Custodia aparte. Castilla continuó su ritmo de progreso y aumento. Aunque es verdad que por diversos motivos, sobre todo de mejor gobierno, sus conventos fueron agrupado:,; por Breve apostólico (24-VII-1742) en tres llamadas Custodias: Madrid, Toledo y Valladolid, tal aparente división no implicaba en modo alguno cambio de ré– gimen interior y, sobre todo, jurídico. El año 1782 marca para Castilla el año de más elevado porcentaje, así en con– ventos, 21 en total, como en número de religiosos, que suman 510. Luego, a fines del siglo XVIII, y mucho más a causa de la guerra de la Independencia e igual– mente como consecuencia del llamado período constitucional, 1821-1823, son notables las deficiencias de personal, y esto obliga a abandonar los conventos o convertir varios de ellos en meras residencias. Y así se llega a la exclaustración, que tiene lugar los últimos meses de 1835 y primeros del siguiente año. Aun disueltas las comunidades religiosas, continúa no obstante la constitu– ción jerárquica de la Provincia. Para mejor organizar su funcionamiento y poder atender a las necesidades de los Cap1.1chinos españoles, se crea para éstos el Comisariato Apostólico (30-III-1838), cargo que desde entonces fue desempe– ñado por varios Capuchinos también españoles bajo la dependencia de la Santa Sede. El último de ellos, designado en 1881, fue el P. Joaquín de Llevaneras. Dos años después, al celebrarse Capítulo general en 1884, aquél hizo renuncia de su cargo y sometió sus religiosos al régimen común de la Orden. En conse– cuencia se erige la Provincia del Sagrado Corazón de Jesús (4-II-1885), formada por todas las casas capuchinas existentes en nuestra patria. -6-
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