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».E CAPITULO 1. Padres y patria del B. Diego José de Cádiz. Varios son los religiosos de la Orden de M. Capuchinos de N. P. $. Francisco de Asís que han dejado en España los más glorio- sos y gratos recuerdos, unos por su ciencia, otros por sus eminentes virtudes, otros, en fin, por su saber y santidad. En prueba de este aserto basta recordar los nombres de Torrecilla, Villalpando, Ra- món de Huesca, Lamberto de Zaragoza, Pablo de Colindres, San- tander, Solchaga, Carabantes, Jaén, Fr. Francisco de Pamplona, y otros muchos que aun en este mismo siglo se han distinguido y han continuado la galería de Capuchinos célebres, tales son, por ejem- plo, el P. Vélez, Arzobispo de Santiago de Compostela; el P. Ja- cinto Martínez, Obispo de la Habana; y el P. Félix, Obispo de Cá- diz, á quienes podríamos añadir los PP. Benigno de Málaga, Obis- po de Puerto-Rico, y Fermín de Alcaraz, Obispo de Cuenca. Pero entre todos los Capuchinos ilustres que han florecido en España descuella por sus virtudes, cual gigante inmortal, el B. Die- go José de Cádiz. Sus padres fueron D. José López Caamaño Te- xeiro Ulloa y Varcelal, natural de Tuy (Galicia) y su madre Doña María Garci Pérez de Rendón de Burgos Ocaña Sarmiento y Pa- lomino, natural de Ubrique (provincia de Cádiz). Se pretende que por ambas líneas el B. Diego José de Cádiz pertenece á las más ilustres y antiguas familias de España, á familias emparen- tadas con el emperador Adriano, enlazadas con los Reyes Grodos y Suevos, y representadas hoy día por los Excmos. Condes de Vi- llagarcía y la Excma. Casa de Benavente. No desconocemos la dificultad de establecer esta genealogía sobre bases de tal ma- nera sólidas que puedan resistir los golpes de la crítica, pero tampoco osaremos afirmar que esas pretensiones á tan antigua é