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ET aa desatiende el cuerpo y la vida presente con pretexto de no cuidar sino del alma y de la eternidad. Nó, nadie cree en la caridad que de tal manera separa y divide las cosas que Dios ha unido con víneu- los indisolubles, y con razón, pues Jesucristo dijo estas grandes pa- labras: ”Buscad ante todas cosas el reino de Dios y su justicia, y las demás cosas se os darán por añadidura, porque vuestro Padre ce- lestial sabe que las necesitáis.” De consiguiente, la caridad, que no sabe eso, ó afecta no saberlo, no viene del Padre de las luces y Dios de todo consuelo y de toda misericordia. Por eso el beato Diego, sin distraerse del objeto principal de su vocación, atendía con la mayor solicitud al bien temporal del pró- jimo para que la misericordia ejercida con él en orden á la vida presente lo preparara mejor á recibir de Dios las bendiciones espiri- tuales de su amor paternal, y se afirmara en la gracia si ya la po- seía, ó le recobrara si la había perdido. Este es el designio de Dios, que nos ha criado para la vida eterna, que no nos sustenta sino para santificarnos y salvarnos. Este es también el pensamien- to de los santos, imágenes de la bondad divina, representantes de su Providencia, ministros de su misericordia, depositarios y dis- pensadores de sus tesoros y consuelos. CAPITULO X. Obediencia del beato Diego. o Lo que acaba de leerse sobre las virtudes teologales de fe, es- peranza y caridad del beato: Diego, deja bien sentado cuán emi- nentes eran sus virtudes, y no las hubiera poseído en tan alto gra- do si no hubiera cumplido con suma perfección los votos que hizo en su profesión religiosa. Conviene, pues, decir algo de su vida co- mo religioso, porque si bien esta materia es menos interesante pa- ra la vida cristiana de las personas seculares que constituyen la casi totalidad de los fieles, sin embargo, aun estos mismos encon- trarán bastantes cosas que imitar, y muchas que admirar, y el des- arrollo de este asunto ofrecerá oportunidad para inculcar, aunque ho sea sino de paso, verdades harto olvidadas 4 pesar de ser una parte muy importante del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. O seo
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