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— 131 — Nuestros padres aclamaban al beato Diego, y se agrupaban en torno de su amable persona para oir de sus labios las palabras de vida eterna, y pedirle auxilio en sus necesidades: ricos y pobres, sabios é ignorantes, todos acudían á él como á un amigo y bienhe- chor. Nosotros vamos á postrarnos ante sus Imágenes y sus está- tuas para recordar los beneficios que hizo á nuestros mayores, las virtudes con que los edificó, los consuelos que les prodigó; vamos á honrarle públicamente y á suplicarle que se acuerde de nosotros en su gloria, y nos conceda el beneficio de sus oraciones. ¿Seremos menos favorecidos que nuestros padres? Confiemos como ellos en el beato Diego, y nuestras esperanzas no serán frustradas. Si toda España tiene justos motivos para alegrarse, la ciudad de Cádiz los tiene todavía más poderosos. Recuerden los gadita- nos el deseo vivísimo que poco tiempo antes de morir tuvo de asis- tir á sus antepasados afligidos por el azote de la peste. El corazón de su ilustre Hijo no se ha mudado, y si tanto la amó mientras vivía sobre la tierra ¡cuánto no la amará ahora en lo alto de los cielos! Sy qué no diremos de Ronda, depositaria de sus restos morta- les? No en vano le ha confiado la divina Providencia tan sagrado tesoro: allí quiere sin duda que se fijen las miradas del beato Die- go, allí quiere que permanezca su corazón, porque allí tiene el al- ma el cuerpo que santificó, para que desde allí extienda su protec- ción á todo Andalucía, teatro principal de su apostolado, y á toda la nación española cuyas regiones recorrió sembrando los gérmenes de la gloriosa inmortalidad, combatiendo los vicios que envilecen y perturban la sociedad, é inculcando las virtudes á que están vin- culadas la grandeza y la felicidad temporal y eterna del hombre. ¡Concédanos el Cielo la gracia de que nuestros hijos puedan celebrar dentro de breve plazo las fiestas de la canonización del Siervo de Dios en mejores tiempos que los nuestros! Así sea. A la mayor gloria de Dios y honor del beato Diego José de Cádiz, cuyo culto deseamos se extienda rápidamente y se conserve floreciente así dentro como fuera de España. PA z ; ; Y. Cayetano $e Igualada, o CN
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