BFCMEP00090-C-IGUp01d00000000
E cia y del amor. Hasta los Gobiernos de hoy día, que por lo gene- ral no son muy fervorosos, se alarman á la vista de los espanto- sos progresos de la inmoralidad. No se les oculta que aquí está uno de los más graves peligros del orden social, porque ese vicio es incompatible con la existencia de la familia y la de un pueblo civilizado. Pero vanas son sus alarmas, vanos son sus temores, vanos son sus esfuerzos para contener el empuje de esa amarga é inmunda ola. La Religión, la religión solamente, la religión únicamente es la que puede reformar las costumbres, y hacer familias y pueblos castos: la cultura y la policía sin la religión no conseguirán sino la hipocresía de la castidad. Por lo que se ha dicho acerca de la obediencia, de la pobreza y de la castidad del beato Diego, queda bien explicado que el para siempre ilustre P. Cádiz fué un verdadero y santo religioso. No es posible cumplir tan religiosamente sus votos sin poseer grandes virtudes, sin vivir de una manera totalmente ajustada á la Regla franciscana que había profesado, y á las Constituciones y leyes vi- gentes entre los Capuchinos que, en orden á la pobreza, represen- tan, al tenor de sus peculiares estatutos, la tendencia más rígida y austera del gran patriarca S. Francisco de Asís. Nuestro Beato fué verdaderamente luz del mundo y sal de la tierra, un faro que iluminaba las inteligencias é inflamaba los corazones en el último tercio del siglo pasado, en los mismos días en que las impías doc- trinas de la falsa sabiduría humana habían envuelto la Europa en las más densas tinieblas, y en que las orgías del error y del vicio estremecían el mundo y vertían torrentes de sangre, CAPITULO XIII. Humildad del beato Diego. Nos ha dicho á todos nuestro Señor Jesucristo: ”Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón.” Y en efecto, S. Pablo dice expresamente que el Hijo de Dios se humilló á sí mismo has- ta el aniquilamiento: exinanivit semetipsum, se redujo á la nada ha- AN AA
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz