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86 Paz interior. lleva algunas ventajas porque las ocasiones de la sensualidad suelen ofrecerse mas veces, qua las de la soberbia. La vida de los sentidos es enteramente opuesta á la vida interior; y.Se toma sobre esta, todo lo que se les dá á aquellos. El cuerpo, y el espiritu; la. natu- raleza y la virtud; el amor de Dios y el de í mismo, se balancean, por decirlo asi, nue- vamente; y á la medida con que baja el uno, e eleva el otro, Estos son dos poderosos enemigos, de los cuales, cada uno se forti- fica para destruir á su contrario 1. Los sen- tidos vcupan á un alma, que quiere ceñirlus á-da verdadera necesidad; pero mucho mas cuando ella los entrega á las concupiscencias de su apetito. Los ojos jamás. están saciados de ver, ni los oidos de oir 2; y. nos llaman y fatraen sin cesar hacia fuera, para divertir- nos con --10s obje Los exteriores, que nos siguen a fropas, cuando queremos volver a entrar dentro. de -nosoiros mismos; y de este modo nos entretienen en un comercio continuo con las criaturas, que interrumpen mucho el que nosotros queremos tener con Dios. El placer tiene al alma inclinada á tierra y la impide el elevarse al Cielo; y sobre esto , la ablanda, la vuelve debil y timida como un niño, á quien la cosa menor lo detiene, lo atemoriza, y lo trastorna, cuando la mortificacion nos vuelve 1 faro concupiscit adversús spiritam; Spiritus autern adversús carnem; heee enim sibi invicem adversantur. bra lat. SY]. 2 Non saturato ulu U, HCC AUS auditu implotur. Ecclesiastés 1, Y. 8

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