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PARTE TERCERA. MEDIOS PARA ADQUIRIR ESTA PAZ. CAPITULO PRIMERO. La hum ildad. I. Bu virtud , que es el fundamento” de las otras ; es necesaria sobre todo, para ad- quirir la paz interior; porque ella mortifica las pasiones, las enflaquece insensiblemente, y. últimamente Jas destruye, cuanto pueden ser destruidas : medio breve, qué casi todás las enviste de una vez: medio dulce, que las abate, por decirlo asi, sin combatirlas ; que las sujeta sin esfuerzo, que las reduce, re- sistiendo á su fuerza, y quitandosela por la substraccion de su alimento, que es la buena idea que se liene de si mismo, y se' quiere dar á los otros. Asi se sujeta á estos formi- dables enemigos , quitandoles los viveres sin venir 4 las manos. Un alma verdaderamente humilde, siempre está tranquila. Y ¿qué cosa es la que la puede turbar? Las alabanzas que la dán la espantan, bien lejos de enyanecerla: la reprension y los baldones, la regocijan, bien lejos de abatirla, Tiene gusto de que se piense de ella, lo que ella piensa de sí. La

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