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Y Paz interior. mundo condenan ; hasta a sus semejantes; qu vuelven contra ellos mismos todo lo que se les pueda decir para tranquilizarlos , porque toman lempre las.Cosas por el lado que les es menos fayorable , y creen que jamás se han esplic lo. bien ni suficientemente , aunque se hayan asegurado infinitas veces de las cosas”, que lo mas timoratos miran como menudencias : gen- tes que , haciendo lo que hacen los hombres de bien, jamas creen que lo hacen eomo ellos: Ñ que DO Í cando amas por obra , creen jue siempre pecan por pensamiento : gentes, que sus Confesores, sus amigos, y generalmen! todos. aquellos á quienes se descubren , los miran como-escrupulosos, pero ellos no quie- ren persuadirse á que lo son; ó si lo ereen en general, no convienen jamás en ello, cuando se entra en el exámen de sus acciones: sentos en. £n, paco iguales, siempre volubles, cuyo humor é ideas, varian de un instante á ótro: y s1 vosotros os negais obstinadamente á re- conoceros, segun esta pintura, aunque todo el mundo 08 reconozca por tales no os hará JUerza. XXXI, - El celo “de Dios, que persigue, y acosa a ua alma infiel por-sus rigores mise- ricordiosos,-es-alguna vez el origen de nués- tras interiores tinieblas, y de nuestras molestas dudas. Entónces el mal es útil, como noso- tros reconozcamos la cáusa, y no nos descui- demos en aplicar el remedio. Estos escrúpulos mel castigo de nuestras infidelidades , y por eso la: cesacion de estas es el remedio. Estas

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