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Obstáculos, y medios para vencerlos. TA oiga, me- dicen aquel si inmutable, que solo puede fijar -mis inquietudes, y unirme con Jesucristo por la uniformidad de la paz del alma %. Yo supongo pues, cumplida esta obli- gacion ; y yo me impongo tuna mas esencial, que es no volver á aquella. por no ser como un niño que fluctúa, y se deja llevar de todo viento de ideas y de imaginaciones ; antes bien he de mostrarme en la firmeza de una perfecta edad. Las faltas que tengo hechas, satisfaciendo a esta obligavion, son por la mayor parte, efectos del deseo ordinario y escesivo que tengo de no hacerlas, y lo que las ha causado lo justifica: y por mas que de ordinario las tema, tengo ahora menos motivo para temerlas. Es seguro , que no hubiera yo hecho con re- fiexion, en el principio, ni en el progreso, lo: que temia tanto todos los dias hacer por irogilidad : «y despues de todo, si yo lo hu- biese hecho econ reflexion, ya veria ahora con claridad, mo solo lo que yo habria hecho sinó tambien la reflexion que me lo hizo hacer. XXIX. Estos razonamientos no deben ha- cerse en todas las ocasiones, ni áun en la ma- yor parte. Los esceupulosos entretendrian asi su costumbre de razonar con sus temores y dudas, que es el origen de su mal; y basta hacerlos cuando esperimentan mas fuerte su agilacion. La impresion que harán en su alma, influirá cuando ella menos piense, en todas 1 Jesu Chistus non fuit est , et non , sed est , et in illo f 2 Corinth. 13.