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68 Paz Intemor. san Francisco de Sales: es a saber, que no es necesario temer mucho á aquellos pecados veniales , cuyas ocasiones son Muy frecuentes, porque la timidez nos arre jaria en estas per- plejidades continuas, que no nos retardarian poco'en el camino de la virtud. Un caminante que anda á grande paso y que hace mucho camino, aunque tropiece alguna vez, y aun- que alguna vez salga tambien de su ruta, debe preferirse sin duda al que anda con tanta pre- caucion, que no pierde paso, pero hace poco camino: que echa el pié con la mayor cir- eunspeccion, temiendo encontrar aun la mas pequeña piedrecila que le hiera; y que teme, que le ofusque el polyo que levanta, que se detiene” en todas las sendas, y en cada una emplea mucho tiempo en examinar el cami- no, y.va en un continuo tormento con el miedo de desviarse algun tanto. Es menester pues, menos aprension de incurrir en estas faltas ; pero-es preciso estar siempre en la re- solucion mas firme de no cometer alguna de propósito , ó deliberadamente. Un alma que está resuelta á no rendirse, ni á un pecado venial con pleno conocimiento, puede decirse á si misma con mucho valor y confianza , por tranquilizarse en sus molestas dudas: Yo aborrezco al pecado y evito sus ocasiones : mi disposicion ordinaria es de no cometer alguno, ni áun de los mas leves; y si yo caigo por flaqueza, al menos no estoy en ella por hábito. En cuanto al pecado mor» tal, paréceme que lo aborrezco mas que á PH ta

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