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Obstáculos, y medios paravencerlos. 63 paseis de los limites, que ha prescrito A vues- tros inquietos deseos, y penosas declaraciones, una autoridad legitima. XXv. Entro á tratar ahora la cosa mas dificil ; y supongo que despues de una conf»- sion ordinaria, en la que no os conocisteis culpable, despues de la última, sino de pe- cados veniales; pero en ella sin acordarnos claramente [de verdaderos pecados omitidos declaráseis vuestra pena sobre. las preceden- tes, y vuestro Confesor os envia á comulgar sin absolucion: en este lance Os hallais extre- madamente combatidos, por una parte de la obediencia, y por otra del temor del sacri- legio. Mas ¿euál seria vuestro embarazo y vuestra turbacion, si os halláseis en esta co- yuntura en la hora de la muerte, y viéseis que en el terrible trance de la última ago- via , negaba el recurso de la absolucion ¿ vues- tras amargas perplejidades? Este golpe terrible sería capaz de apresuráros esta última hora, y tal vez de arrojaros á la desesperacion ; mas no seria otra cosa, que el temor vuestro, y la falta de instruecion lo que os causaria esta pena. Uno que fuese sábio y animoso , reci- biria con confianza este Sacramento de muer- tos, y pasaria confiadamente al juicio de Dios, sin estar preparado con la absolucion del Sa- cerdote, sabiendo que el Sacramento de la Extrema-Uncion en este lance , obra el mismo efecto, que el de la Penitencia. Lo que he dicho de este Sacramento , muchos graves Teó- logos lo dicen tambien del de la Eucaristia,

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