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¡ ) wa rlos 15 m l porque basta j ellos « n el la persuasion de que tienen obligacion , y ra- zon de obedecer. Querer siempre, O las veces vencer sus: dudas por el camino del dis- curso, seria un trabajo tan estéril como pe- noso y largo; y aumentaria-mas el mal, en: treteniéndolos y conservándolos mas y mas en el euéto de discurrir y de sutilizar; y. esto seria: ser. condueidos por .el canvencimiento mtes que por la obediencia, cuando esta debe r su | m década dia. El razonamiento no se ha de «usar sinó. rára. vez, y a proposito como un sáinete de su alimento, a fin de que no sea tanto su dis o. La p necia de es- cucharlos, la e ¡ 2 4 persuadiri0s, re los han entendido cuanto. ellos descan , y lejór de lo que ellos se entienden: a sl mis- mos, la dulzura compasiva, el dejarlos Con- vencidos del celo suficientemente ilustrado de los que los rigen: deben tener en los discur- sos y razonamientos, el lugar. mas exacto y eminente A le espiritu, que deben ner los esecrupulosos á sus Directores, debe ar, no solo hasta ereer que ellos deciden en sus dudas, sinó tambien hasta creerse ellos h. La sumision « mismos capaces de decidirlas; en las ocasiones 1 que «aquellos les diesen órden de que: :pro- edan asi, y sobre los principios qu les-pres- riban. Este es un medio: de acortar mucho J trabaio de los Confesores, de cuidar y apro- vechar unos tiempos preciosos, ' que muchos Penitentes malogr.MA. ; de aliviar al enfermo, Y

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