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EI be i y p 48 Paz interior. irreprensible conducta. Está bien. Esto es de- cir que os disgustan las costumbres del que os dirige. Y ¿por esto temeis, que sea mals su direccion? No lo acertais; porque aunque tenga el corazon algo alterado, será del casu para dirigiros, si tiene bien ilustrado el enten- dimiento. Puede ser buen Confesor, aun siendo poco fervoroso y aunque no tenga aquella piedad contemplativa, tierna y afectuosa que deseais; si os la encarga, persuade y dirige bien, es buen Director. Démos que sea indigno de la gracia de Dios para si mismo, no por eso lo será, de ser el conducto, por donde Dios quiera enviarnos su gracia desde la altura de su Divino trono; porque habeis de estar persuadidos que, es gracia de estado la que tienen los Directores, y que esta no les será quitada en perjuicio vuestro, por sus faltas personales. ¡No sabeis, que los mejores Mé- dicos no son siempre los que llevan la eon- ducta mas regulada para conservar su salud? Sin embargo. los eseogeis , los llamais y creéis. Elegid, pues, el Director con juicio, y re- flexion muy séria, y entregaos con toda con- fianza á su conducta. VIT. Aun habeis de ser menos dificiles so- bre los talentos, que sobre las costumbres. To- mad los Directores de grandes talentos, euando se 05 presenten: buscadlos y aprovecháos de ellos , cuando los halleis unidos con la bondad y con la prudencia; mas si.no los hallais , ó los hallais solos, pasad sin ellos acordándoos, que no son los talentos los que os dan la seguri-

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