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3514 Paz interior. y'áa la verdad , la renuncia de las cosas exte- riores no es tan necesaria, sinó porque sirven de alimento al amor de vosotros mismos 1. Si podeis libráros una vez de este gusano in- terior, que os agita por dentro y os dá un hamPre insaciable de las cosas de afuera, go- zareis de uná profunda paz y de una tranqui- lidad inalterable 2. La desgracia de los hom- bres y la cáusa de sus pocos progresos en las sendas de la paz, es que en vez de salir en- teramente de si mismos, se quedan siempre envueltos y enlazados en los pliegues y re- pliegues del amor propio *; porque el que quiere marchar deliberadamente en estos san- tos caminos, debe mortificar todas sus afec- ciones desarregladas, y no atarse á alguna eriatura con los vinculos del apetito. HI. Renunciad pues vuestros gustos, vues- tro humor, vuestra voluntad propia. Renun- ciad esa complacencia de vos mismo que se admite en todo, y hasta en el deseo y reso- lucion de olvidarse : este amor propio deli- cado, que afecta siempre lo maravilloso y lo singular ; que desprecia una conducta comun, 1 Oportet eum á nemine magis cavere quám A seipso, Imit. Christi. lib. 3, cap. 85 — 2 Ex hoc vitio qudd homo seipsum, nimis inordinate diligit, pene totum pendet quidquid radicaliter vincendum est ; quo devicto et subacto malo, pax magna, et tranquilitas erit continud. Ibid. lib. 5. Ibid. — 3 In se implicati remanent, nec snpra se in spiritu elevari possunt. Qui autem libere mecum ambulare desiderat, necesse est ut omnes pravas et inordinatas afec tionec suas, mortificet, atque nulli creature privato amore conouviscenter inhereat, 1bid,
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