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Práctica. 291 todo lo cual parece que sirve de tormento al que ha vivido siempre de un modo libre, gro- sero y rústico. Los negocios de ningun modo permileñ esta circunspeccion; pero si esta se sabe tomar, aquellos se harán mejor: y sin razon se daria ocasion de prohibir á los devotos, como a gente inútil para todo el manejarlos. Esto seria como decirse que un hombre no valia para cosa al- guna, por ¡jr siempre con los ojos abiertos para andar. Al contrario, ninguno bay tan or denado , tan prevenido , tan exacto , en me- dio de un cáos de negocios, como. un hom- bre tranquilo que los posee, sin dejarse po seer de ellos poseyéndose á si mismo. Pero el que se apresura y se lurba con !a multitud de los negocios, se embaraza 4 si mismo y se pierde: ni sabe donde está, se agita vio- lentamente; multiplica sin necesidad sus movi- mientos; y su curso arruina su salud; apre- sura á los: otros, como 4 si mismo; los en- vía y los hace volver cada momento; y con todo lo que, hace, nada hace al caso, Ni se debe temer que estas reflexiones sobre si mismo, y estos exámenes de sus movimien- tos y de sus acciones , se lleyen mucho tiempo; porque á medida de su frecuencia se hacen mas pronta y apaciblemente; de suerte que en todo un dia, apenas ocuparan un cuarto de hora; el que estará bien empleado áun para vuestros deberes exteriores; porque Os dispon- drá á dirigir bien vuestros negocios y a Hevar bien vuestro tiempo.

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