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RA 290 Paz interior, á la: primera señal de la voluntad de Dios. Este es el medio de Hacéros hombre exacto y delicado sobre-1os movimientos interiores, y lleno de discernimiento en los caminos del almía. Estos exámenes frecuentes 0s harán hu- mildez econ la vista de las fáltas que recono- corás en vuestras mejores obras; lo que os dará ocasion de confundiros, de lo que mas <e hincha vuestra vanidad. Pero á vista de es- ías faltas, no debe ser escesiva la severidad sinó razonable: ni es necesario exagerarlas, pero si no disimular alguna. Es forzoso dice san Francisco de Sales, mi acusarse ni escu- sarse ligeramente; porque lo uno produce la pusilanimidad, y lo. otro la presuncion. IV. A los poco versados en la vida inte- rior,+y á los ¡poco cuidadosos de tener el re- covimiento, la paz. y el fervor,. parecera tal vez que esta grande atencion sobre si mismos, y estos exámenes Casi continuos de sus, accio- nes: esteriores y de sus interiores movimientos, no, pueden-dejar de. ser una fuente de eserú- pulos y. una contienda enfadosa , que no deje libertad ni para la sociedad ni para los nego cios. Pero los que lo han usado, sáben, que no hay cosa mas propia para conservar el fer vov yla paz, y para disipar los escrúpulos bien lejos de escitarlos;, y, que enando se hh: hecho va un: hábito . dichoso de ¡esta atencion sóbre si mismo, viene á ser, lan familiar Y tan poco pesada, como. á una persona distin- guida y bien criada, la modestia, la discre- cion , el modo eivil y Ja honesta conducta; 1
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