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20 Paz interior. momento, en que Dios quiere comunicarse, eujereis el de vuestro ardor impaciente, os alejareis de la consolación y recogimiento; y sin poder salir con el bien, que teninis pro vectado para los otros , tomareis para vosotros el mal que nunca habíais temido. En fin, si quereis trabajar para vuestra santificacion, habeis de tener presente, que ella es obra del silencio y de la paz 1: y si quereis tra- bajar tambien para otros, no olvideis que para haceros maestro de su espíritu , y para hacerles percibir y gustar las mas santas máximas , es necesario ser hombre de paz, y poseerla en tal grado, que se estienda á todo. He aquí en compendio, todos los bienes que resultan de la paz interior, y que nos obliga a mirarla como uno de'los favores mas distin- guidos del Cielo: es una cosa tan preciosa, que Dios no la comunica á los pecadores, á quienes no quita los talentos, ni los priva de la fé, ni de la esperanza, ni de las gracias prevenientes 2. Siempre ha sido reconocida, como un singular beneficio de su bondad, y una nota y señal de su presencia: por lo que los falsos Profetas no hablaban de otra cosa que de paz, para hucer creer á los pueblos, que hablaban de parte de Dios; pero no po- dian hallarse la paz verdadera en aquellos co- razones , donde Dios no estaba. Se deja ver el Dios de la Paz en medio de sus Santos, como 22 In silentio, et quiete proficit anima devota. Kemp, Kb. 1, cao, 2. — 2 Non est vax imoiis Isaj 48, 29,

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