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Práctica. mismos y el desprendimiento de todo lo que hareis. Si cuando reflexionais sobre: vosotros mismos , por ver si el movimiento de afuera se ha comunicado al interior, 0s sentis apre- surados para salir y volver ú emprender la ocupacion suspendida: detenéos mas tiempo dentro de vuestro ánimo; porque la: necesidad está decidida del todo, con el. disgusto que percibís. Estas suspensiones son tan útiles para moderar la actividad y «conservar la Paz inte- rior, que es bueno ejecutarlas 4un en la misma oracion. Sirven adémás mucho para renovar Ja pureza de las intenciones y volver 4d levan- tar el corazon, que con su peso- siempre se inclina hácia la tierra, Ó sacará un conside- rable fruto de recogimiento y de fervor. Si teneis un genio lento , haced para abimar vuestra actividad, lo que ya he aconsejado á los que tienen necesidad de amortiguarla: de la indolencia hablo ; que es por lo: menos tan contraria á la Paz interior, como el ardor y la apresuracion; porque esta paz es el fruto del fervor, al que el afan aleja y la indolen- cia destruye. MI. Acabada una obra, ño paseis á otra sin reflexionar un poco sobre el modo con que habeis cumplido con aquella, y en pat- ticular sobre la tranquilidad y despejo con que la habeis hecho. Reconocereis lo uno y do otro en Ja calma interior que hayais conservado siempre, y en la continua disposicion enj que os halleis de renunciar esta accion sin pena ni vesar importuno . vara enfregáros á la otra