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Práctica. 273 hacer cuando ellos han logrado cierto imperio :obre nosotros. Por esto sin duda, el autor del combate espiritual quiso , que nos pusié- semos una centinela en la puerta de nuestro corazon, á fin de que desde lejos cuando qui- siese dejarse ver algan deseo nuevo y ella nos avisase para impedirle la entrada. Yo no se si san Francisco de Sales hizo alusion á ese pen- samiento cuando dijo *; que la paz es el pasa- porte de las almas santas, porque asi como la guardia que está á las puertas de las Ciudades, examina los pasaportes de los que quieren entrar para ver si vienen del pais enemigo ó infecto de contagio ; asi por la paz que traen los deseos á las almas, ó por la turbacion que escilan en ellas, se conoce si son de Dios ó del diablo: pero áun despues de haber reconocido que son bue- nos y que es Dios quien nos los envía, es pre- ciso no dejarlos entrar sinó con mucha precau- cion, esto es como si despues de haber cerrado la puerta para examinar los pasaportes , no se abre sinó el postigo para dejar entrar al pa- sajero, por temer que entre con él una tropa de gente sospechosa ó animales peligrosos. Y ciertamente se presenta el amor propio casi siempre disfrazado , para entrar en nuestro corazon cuando se le abre á un deseo por bueno que sea; y la prisa puede muy bien ponerlo en el número de aquellos infectos, que segun dice santa Teresa, están siempre á la puerta del Castillo del alma. 4 Carta 29, cap. 1 y 4.
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