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Práctica. 269 sola palabra tal vez áum es mucho. Si hallais alguna resistencia, mostrad que no la enten- deis : y no penseis haber malogrado esta dili- gencia , porque la tierra que resiste al arado, no es la mas estéril; y el grano que recibe parece que lo deshace y destruye, pero bro- tará á su tiempo. El amor natural del hombre es ordinaria- mente muy activo: el amor de Dios y del prójimo es siempre tranquilo 1; y debe ser preferido el último al primero. Lo que po- dreis decir útilmente sobre el tono de la ins- fruccion, guardáos de decirlo sobre el de la correccion , que siempre tiene algo de áspero. Lo que lleva la instruccion sobre la correc- eion , cede al consejo; y el consejo al ejem- plo: y jamás se habla mucho, ni se habla sin fruto, cuando se habla á los ojos. Ins- truyamos pues, aconsejemos, reprendamos con nuestros ejercicios. Esta es la instruccion mas modesta, el consejo mas eficaz, y la torreccion de quien nadie puede quedar ofen- dido. Obremos antes de decir á los otros lo que han de obrar, El grande secreto para no reprender los defectos de nuestros prójimos , á perjuicio de la paz de nuestra alma, y para hacer siem- pre útil la correccion que lo es raras yeces, es observár la práclica que san Gregorio dice ser comun á todos los justos. Humillémonos 1 Charitas patiens est , benigna est,s. Non inflatur, Y. SJorinth. 13, Y. 4,