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Práctica. 259 taro. Esad con vuestros hermanos, aunque do sean mas que hombres; pues no sois Aw- geles. Si ellos convienen Con vosotros sobre las reglas de las costumbres ; si se apartan por flaqueza, antes que por hábito ; si alaban vuestra exactitud, lejos de reprenderla ; si sus faltas no van directamente sobre vosotros, y solo indirectamente sobre las santas leyes; solo vuestro amor propio á lo mas, será el que pierda en su compañia. Los que 0s parece que son, y puede ser en efecto los Menos piadosos, y los menos tratubles son a veces los mas útiles, los mas sociables y los mas virtuosos ; y con estos hace su cuenta nuestro amor propio, porque este se alimenta y for tifica con los respetos que le tienen , y con los afectos que le testilican; y se lisongean con la profunda paz de que gozan, sin atender que procede antes de los. otros que de si mismo. Pero con las personas de un. trato dificil, de un humor enfadoso y de una con ducta poco regular ,'se aprende á vencerse y conocerse á si mismo; lo que siempre es mas esencial de la virtud, y sin embargo comun- mente se desprecia. Esta es una reflexion de mucho consuclo en las pequeñas aflicciones, que hemos de sufrir de nuestros prójimos, y un medio muy noderóso para detener el ardor que nos en- “iende contra sus faltas. Estos menudos defe« los que nos hacen gemir, pueden curarnos as grandes imperfecciones que no advertimos; 2l amor de nosotros mismos; la dureza vara