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Práctica. 247 »pesar de mis infidelidades , vos me amais aún. »No abandoneis vuestra obra: continuad, apre- »surad , acabad mi santificación. Y pues vos »quereis que tambien sea mia, ya vuelvo á po- »ner la mano en ella, con tanta confianza. »celo y tranquilidad como sino la hubiese re- tirado jamás. » X. Concluyamos pues eon un grande Santo que ciío muchas veces, porque es uno de los grandes Maestros de la vida espiritual, y de la paz interior. Debeis ¡almas timidas! debeis mirar vuestras faltas, antes con compasion que con indignación; y antes con humildad, que con severidad. Vuestros pecados no pue- den espantar sinó á vuestra presunción : vues- íra razon debe antes estar sorprendida ,. y vuestra Religion reconocida hácia: Dios de que no peqneis mas. Vosotros no-sois un Dios im- pecable, dice el piadoso y consolante Kem- pis'*, sinó una erialura sujeta al pecado; no un Espiritu celeste sinó «un hombre hecho de lodo: y lleno de: corrapcion. Y este lodo, y esa. eorrupcion ¿serian sorprendidos de verse exhalar alguna vez: un vapor de pecado, y un olor de muerte, del cual ni los Ángeles del Cielo ni Adán en:el Paraiso fueron esen- los 2? Yo soy solo dice el Señor, el que estoy libre de corrupcion y fluquezas; yo soy a 1 Homo est, et non Deus; caro es, non angelus. Imif. Christi, lib. 3. cap. Ni 9 Ouyomodd tu posses sem- per in esdem statu virtutis permanere, quando hoc defuit angelo in colo, et primo homiti in varadiso ? Ibid,