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Práctica. 241 por un crimen enorme, público, escandalosc ylsostenido por largo tiempo *: y esta dice san Pablo, por no dar en las asechanzas del demonio enyos deseos conocemos ?. Y vosotros por culpas mucho menores ¿0s entrezgais á pesares tristes y obscuros, tanto menos útiles cuánto son mas sensibles por falta de con- fianza? Es pues, fuera de duda, que es el demonio quien os inspira este arrepentimiento enfadoso , 0 al menos quien lo lleva hasta el esceso. VII Pero qué os dice este Espiritu de tinieblas? Dos cosas principalmente: la primera, que sin duda no os habeis convertido bien, púes aun estais tan flacos. que no cae tan facil- mente en el mal, el que sinceramente lo ha detestado: que la justicia dá una total con- sistencia al alma; y que no es fácil al demonic robar ese tesoro que está protejido en lo interior de la virtud del mismo Dios que habita en él; y en lo interior de los Ángeles que lo cercan. Razonamiento tan falso, especioso y faláz. Un alma que teme al pecado y evita sus ocasio- nes; que trabaja diariamente en” fortificarse contra las tentaciones con los santos ejercicios; que previene el atractivo del placer con la morlificacion, las sorpresas de las pasiones eon la vigilancia, y sus esfuerzos con la ora- cion; esta alma digo, está sinceramente con- vertida, aunque ella no sea impecable; y po- á 1 Ne abundantiori tristitia absorbeamur qui ejusmodi est, 2. Corinth. 21,Y. 7. — 2 Ut mon circumveniamur 4 Sa» sana: non enim ignoramus cogitationes ejus. Ibid. Y. 2.