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Práctica. 93: le conviene; mas él está mas tranquilo en la humildad de su arrepentimiento, que el Fa- riseo devorado de sus pasiones é hinchado de su falsa justicia. Al modo pues que este Pu- blicano convertido, todos los verdaderos pe- nitentes han de estar tranquilos, cuando se reconocen culpados. El Santo Rey Ezequias repasó los años de su vida en la amargura de su corazon, y de ningun modo alteró su paz 1. A la verdad David, habla muchas ye- ces de turbación y temblor en las Salmos de la penitencia; pero reconoce que este temor no está sinó á la parte de afuera de un alma penitente y afligida ; porque el fondo está lleno de la alegririnspirada de la confianza en Dios ? Santa María, sobrina de San Abrahan Solita- rio , llora sus pecados. ¡Ah , y qué pecados! Pero los llora dice el Autor de su vida, con una grande quietud de espíritu 3, La vuelta simple y tranquila hácia Dios ¿os parece dificil? Atended á que no siendo el pecado otra cosa, que una aversion de Dios por inclinarse á la criatura: consiste la ver- dadera conversion en dejar á-la criatura y volver á Dios, con un pesar sincero de ha- berle disgustado , una verdadera resolucion O de darle satisfaccion por lo pasado y.de serle 1 Recogitabo tibi omnes amos meos ín amaritudinem anime mex. lo pace facta est amaritudo mea amarissima. Fsai. 38, y. 15 et 16. — 2 Tu es refugium meum á tri- bulatione que cireumdedit me : exultatio mea, etc, Ps. 31, 7. — 3 En su Vida, entre las de los Padres del Desierto , tom. 2. 16

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