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Escelencias. 15 Ah! de cuánta soberbia se alimenta el que vive alguna vez de su ruina propia, y se vé renacer de sus cenizas! Mas para evitar este escollo, no es necesario tener miedo á este estado pacifico , ni dejar de reconocerlo. Las ovejas no dejan su piel, porque los lobos se cubren eon ella alguna vez, como dice San Agustin: porque abandonar el bien, por huir de la vanidad, de que puede ser principio, seria hacerse malo por el temor de serlo. / Si ni aun fijáseis la atencion en esta misid paz de que disfrutais, no siendo por pura ne- cesidad: si os registráseis con una vista simple y modesta; al modo con que uno se presenta al espejo, para componerse con decencia, sin dejarse llevar de la vanidad, y luego olvida su figura como dice el Apóstol Santiago 1, hasta que la necesidad lo huce volver á él: si Os consideráseis con un espiritu de desapro- piacion , como consideráis á los otros: si ob- serváseis en vosotros el don de Dios, y no á vosotros en él: si Os perdiéseis de vista á vosotros mismos , por solo ver lo que Dios ubra en vosotros y con vosotros; no us en- vaneceríais contemplando esta tranquilidad, porque veriais, que no es bien que nace de vuestro fondo ; antes bien al contrario, econoce- riais que, si el freno de la gracia no os con- tuviera, vuestras pasiones y vuestra ligereza, Us conturbarian mas y mas. En este caso . 1 Comparabitur víro consideran í vultum nativitatis sue im speculo... et abiit, et statim oblitus est quals fuerit. Jac.1.24. -»

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