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ro GS TI SL Paz interior. no sirven sinó de haceros sufrir en este munda una parte de Jos tormentos de la reprobacion, y casi de hacérosla merecer 4 fuerza de vues- tra timidez, y de ocupáros en ella contra la voluntad de Dios. V. Lo mas propio para aliviar estas almas envestidas de estas tentaciones, es una tierna piedad ; porque la uncion interior dulcifica toda la amargura de ésle veneno, que inspira el demonio en los corazones. La vista, el gusto y áun la práctica del bien alegran, consuelan y alientan, mueho mas que las reflexiones de mas consuelo, que se pueden prescribir en este estado. Estas entregan frecuentemente a un alma ya consumida de penas, á una me- dilacion seca y á una triste desocupacion, donde las antiguas ideas mas poderosas que las que quiere sustituir (porque ellas ocupan la plaza, y se fortifican en ella para un largo sitio), hacen las mas vivas y mas peligrosas impresiones. Si se desean reflexiones (y en efecto , es necesario, pues el asiento del mal está en el entendimiento y en la imaginacion, y es necesario el remedio ), sean vivas y bre- ves y llenas de uncion que vayan desde el co- razon al entendimiento, porque todas las otras puertas están cerradas. Los movimientos inte- riores como no están forzados por largo tiempo, producen ordinariamente un fuego que ilustra el entendimiento y al mismo tiempo inflama el corazon. Por eso, en lugar de razonamien- tos traidos de lejos lentamente y con trabajo, yo aconsejaria á estas personas que se esten-

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