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Práctica. 5 ¿Qué ventaja podeis sacar, les dicen ordina- riamente, Ó qué perdida no sera para vos- otros , emplearos en pensar tristomente si sois predestinados, en un liempo que es necesa- rio emplearlo todo entero en trabajar animo- samente para merecer el serlo? Es mucho de- cir lo que hariamos si supiéramos que éramos del número de los escogidos. Haced, pues, todo lo que querríais hacer entónces, y lo sereis mas ciertamente que si un Ángel os lo revelase. El temor de la reprobación que os abate, es todo frivolo en sus escesos, y en sus pesquisas sobre lo que ha de suceder, Dios que ha revelado á muchos Santos en esta vida mortal, que eran predestinados ¿ha puesto jamás en el entendimiento de algun réprobo, que lo era? Este conocimiento y este pensa- miento, para nada son buenos. Vosotros se- reis un dia del número de los predestinados, ó no lo sereis dicen aún estos sábios direeto- res á las personas, que pierden su tiempo, su santidad y su devocion, haciendo estas reflexio- nes tan estériles como espantosas. Si lo Hle- gais á ser”, lo els sjempro ; menos todo aquel tiempo que habeis perdido en pensar si lo seréis. Sino lo Jlegais ¡ ser, será por vues tra culpa. Y esto ¿será otra cosa que querer prevenir el juicio de Dios, sondear la profundi- dad de sus consejos, y descubrir como ú fuerza lo que Dios quiere tener oculto, en lugar de adorar su Majestad, de alabar su sabiduria, de gozar su presencia y de cumplir su volun- tad? Dejad pues allá estos pensamientos , que