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i 210 Paz interior. esta union tan necesaria que no puede aban. donarse uno solo, sin que todo se pierda y se disipe ; porque no puede negar un solo Ar- ticulo de su creencia, sin verse precisado por sus grados y consecuencias necesarias, á negar hasta la existencia de una Iglesia, de una Reli- gion y de un Dios, que sabe que lo que es ahora la materia de su embarazo durante la turbacion, y el uracán , ha sido el objeto de sus fersoro- sas adoraciones, de sus meditaciones inflama- | das, de sus santas delicias en el tiempo se- !Í reno: que sabe, que aunque la Fé en sus , alrededores y preliminares , sea una razonable obediencia, es en si misma una obediencia. de vi la razon. Un alma digo, que sabe y conoce todas estas verdades, se posee á si misma en HS el tiempo de la tentacion, y se siente bien 154 fundada para no turbarse jamás: ella mira las 158 tinieblas estendidás sobre la casa del abismo, y desciende á él sin temor sobre las de la Fe ; y está firme y asegurada, porque sabe bien en quien confia *. No solo no está turbada de ds verse en una oscuridad lan profunda, sinó que conoce que el más grande dia no le daria ja- más una consolación tan sólida. Y. hé aqui el modo con que puede conservarse la paz entre las tentaciones contra Ja Fé, sin el cual'se espondria a perder las dos. ; ' Km io cui credidi , et certus sum. 2. Thimot. F, Y.

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