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Práctica. 201 concurre ha hacer esta tentacion violenta, y capaz de turbar á una persona modesta y casta. El entendimiento, la memoria, la imagi- nacion , la pasion natural, todo se une con- tra ella. Los pensamientos son importunos, y parece que se pegan al alma que los quiere re- chazar : las imágenes son vivas y engañosas: la novedad se añade á los atractivos del de- leite : ¡qué soy yo! La carne se junta al es- pírita; y el alma, que se halla entre estos dos enemigos, no sabe sobre cuál sacuda sus golpes. El uno está en toda su libertad , mien-= tras está conquistando al otro. 7 Violenta ten- tacion ! Pero esto ¡oh almas tiínidas ! no debe turbáros ni hacéros formar urnas "Ygitaciones corporales , parecidas á las convulsiones, como haceis ordinariamente ; porque la sola turba- cion, bien lejos de disipar los malos Pensa, IMÍCntoS , será capaz de hacerlos nacer ; y la” i¡gitacion que haceis voluntariamente , baslaria pú escilar esa impresion que os aflige.. Y ertanto mas rápida es esta pasion, tanto 0s habcis de asegurar en la firmeza para no tur- báros ; y cuanto mas impuro aparezca cl ene- migo, menos habeis de llegar con él á las m nos, porque áun echándolo á tiérra, os en- sucioréis. Dadle la espalda, y entónces aún habeis de olvidiros de que está detrás de vos- otros. Ni respondais cosa alguna á sus Vergon- 20505 proyectos: ni atendais si -os- gritan á vuestro oido interior; antes luego ocupad vues- tro entendimiento con algun pensamiento santo que os dé consuelo, y vuestro cuerpo con 14