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186 Paz interior. y con fuerzas bien gobernadas, y de llévar los.* trabajos en el servicio de Dios; pero 'no em-* prendais nada sobre vuestra capacidad. Apro-' bad cuanto vedis hacer bueno, mirando cor complacencia todo! cuanto se os presente á vuestro espiritu, sin imitar á los que se en- tretienen en contemplar la estension de los Cielos y la hermosura de los Astros , perdiendo ' de vista el camino por donde van y los pre- cipicios en donde van á caer. Ocupáos en las obligaciones de vuestro estado y en las ne- cesidades de vuestra alma. Admirad y alabad á los Santos , sin tener la vanidad de creeros tales, ni la presuncion «de querer iimitarlos. Lo que os deben inspirar sus ejemplos és- el ser siempre mas fieles á vuestras obliga- ciones, y á la medida de la gracia que se os ha dado. No salgais de vuestra esfera, por- que no hareis sinó errar. Aunque el Sol ar- roje de muy lejos sus rayos, la Luna debe mantenerse en su puesto para ser iluminada, y no ganaria nada en arrimársele. No os pi- queis, pues, de imitar todas las ácciones de los Santos , ni imiteis en todo su lenguaje. Esta era la espresion de sus heroicos senti- mientos; y los vuestros no son mus que me- dianos. Si afectais hablar como los mas grandes Santos, siendo unos hombres flacos, esto será, ó una mentira si quereis engañar á alguno, ó un error si os quereis engañar á vosotros mismos. Y un lenguaje siempre sublime opuesto á una conducta ordinaria, formaría un remedo; ridículo qu e seria nocivo á lo piedad.