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Práctica. 185 misma fuerza ni pide los mismos servicios á to» dos. Se puede ser perfecto en su grado, con la fidelidad á aquello que Dios exige, sin imitar lo que los otros hacen; y por consecuencia, no debemos hacernos una obligacion de imitar todo lo que vemos hacer. El Jóven Solitario fué argúido de negligente, por el Santo que hacia menos que él. ¡Profunda sabiduria! Sólida instruccion para los Directores de las almas, que deben discernir las fuerzas y los lama- mientos, y conducir á cada uno segun la me- dida del don de Jesucristo 1. Deben guardarse bien de sujetar á los que dirigen , á una rueda de conducta invariable: y no temer, por ver- los: mas fervorosos que á sí mismos, de pres- cribirles reglas, que no obseryarán; y de reprenderles las faltas, de las cuales ellos no son exentos segun su confesion. Asi, el Soli- tario condenado por el que le era inferior en ejercicios, no reclamó de su juicio : ¡; Modes- tia digna de un Santo , que consulta á olro Santo ! ¡ Discernimiento juicioso ! que com- prende que, áun haciendo. mas que los hom- bres perfectos, puede no serlo por no hacer todo lo que Dios exige, y útil instruccion para nosotros , para que aprendamos á oir con simplicidad lo que dicen los que hablan desde el Púlpito, sin examinar con maligni- dad lo que son, lo que hacen! y como viven. 1u. Tened pues , vuestro corazoA en paz, y Siempre en estado de obrar vigorosamente 2 Secundim mensuram donationis Christi Evhes; AT, 15

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