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Práctica. 175 habiendo esperado tranquilamente la vuelta de Esposo se contentan con velar y tener en buen estado sus lámparas; ¿obrariamos nosotros con prudencia, en salir sin órden , y sin aceite, á atravesar la oscuridad, y los riesgos de la noche”, para prevenir á aquel cuyas cerca- nías es necesario aguardar? Esperémosle pues con un gran reposo, sin dormirnos ni apre- surarnos ; y si tarda á venir, doblemos nuestra vigilancia, persuadidos á que no faltara á su promesa , y que vendrán sin dilacion 1. Sé quo decis: Pues qué, el diferir ¿no es tardar? No; porque estas palabras son de la misma verdad. Parece alguna vez á nuestro propio amor im- paciente, Y á nuestro celo poco encendido, y tal vez á nuestros piadosos deseos, que la vuelta sensible del Señor tarda mucho, y que us ausencias son muy largas: pero en efecto él viene siempre, sin dilacion; porque viene precisamente á aquel punto, que ha determi- nado su Sabiduría infinita, y piden nuestras verdaderas necesidades. 2 Si moram fecerit , expecta ¡llum ; quia veniens , ve= niet , et non tardabit,.. non mentietur. Habac. 2. 3.

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