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Práctica. 171 no me quedó de este retiro sinó un ejerci= cio seco de las resoluciones tomadas. » Imitadle fielmente con una conducta siem pre séria y recojida; con una morlificacion continua de vuestras pasiones y de vuestra actividad ; con la paciencia en aguardar tran- quilamente al Señor, que os ha aguardado á vosotros mucho tiempo; que está continua- mente presente á la puerta de vuestro cora- zON, sin jamás intentar romperla;; que os ha solicitado , sin turbaros; que.se os ofrece sin apresuracion ; que se rel ira sin d isgustarse ; que vuelve sin cesar. Esta atenta tranquilidad del fervor, junto á unos deseos sinceros, y moderados, es el medio mas seguro de lla- marla mas aprisa , de poseerla mas constan- temente y de hacernos superiores, por nues tra fidelidad, á aquellas alternativas que nc dependen de nosotros. VI. Santa Teresa 1, padeció estas vici- situdes. Ya se hallaba con un valor que nada la” atemorizaba; ya con una timidez que sa espantaba del: menor trabajo; ya con un fer- vor que parecia , que jamás podría entibiarse, ya con languidez que parecía , BO Podria vol- ver a vigorarse jamás; ya con una libertad que la elevaba sin pena sobre todo; ya con unas afecciones de humillacion que la ábatian por decirlo asi, deb ajo de todo. Y sin em- bargo, estas mudanzas espantosas que ella dice tenia probadas , no solamente en sí misma, 1 Camino de la porfeccion , cap. 38.