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cam ARA. ' d | tr 108 Paz interior. sembrado en vuestros dias sinó en la sensua lidad de la carne, y no en el espiritu de la sólida virtud , no podeis segar al fin, sinó la inutilidad y la corrupcion! Los gustos de que los otros se alegran, no 0s hagan Hevar con impaciencia vuestras arideces; porque ellos tienen como vosotros sus días tristes. Sus de- licias presentes son, ó la recompensa de sus trabajos para Dios, ó una efusion gratuita de sus misericordias ; y vosotros no debeis com- parar vuestras virtudes con las que ellos prace- tican, ni ser celosos de los favores que logran. IV. Es verdad, direis, que Dios no hac unas mismas gracias á todo el mundo. Él « Dueño absoluto, y yo no he de murmurar contra la distribucion que ejecuta: favorece cuando dá y no hace injusticia cuando niega. keconozco que soy siempre mas indigno; y esto es lo que mas me aflige. Estaria sin in- quietud, si me hallase sin infidelidad. Si corro hasta cansarme no es para quitar la coron: á otro, sinó por no perder la mia que se me escapa cada instante. Ayer estaba A hoy me hallo tibio; mañana tal vez estaréfi Está bien:Pero yo os digo que no oi vuestro corazon ni sus alternativas, ni las de la gracia de que estais favorecidos , la cual tiene diferentes formas lt: y puede ser que seais mañana, lo que fuisteis ayer: porque de que estuviéseis fervorosos ayer, no se sigue deberlo estar hoy , y mas si es por culpa yues- 1 Multiformis gratia Dei. Petr. 4, Y, 10.