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464 Paz interior. santos éjercigios , mo lo desecheis; antes bien perseverad constantes en él, para manfeneros en la paz con una conducta: siempre igual, Si vúestra oracion es un ejercicio insipido 0 un tormento, sufridio sin impaciencia ; y JuA- tad al sacrificio de los labios, el de la priva- cion de los gustos sensibles. Desterrad cuida- dosamente de vuestro espirilu un error muy comun, que consiste en creer que no gusta Dios del sacrificio de la alabanza, desde que está el corazon oprimido; pues antes al con- trario, quiere que se le ofrezca cuando esta alligido por la tribulacion 1; y este es el medio de atraer á nosotros la gracia, la luz y la alegría 2. Llenáos de valor con la persuasion, que cuanto la. oracion es Mas laboriosa, tanio es ordinariamente mas agradable á- Dios y ú il á vosotros, suponiendo que no la ejeculvis con negligencia : unidla á la del Salvador ago- nizante, á la cual, la mortal tristeza que la acompañaba, no la hizo menos Merilotia; y al ejemplo de este Divino Maestro, alargadia mas alguna vez ?, para vencer mejor al. de- monio y al amor propio, que quisieran que la abreviárais y la abandonarais. JL. Alguna vez es la oracion para vosotros un ejercicio penoso y que os disgusta ; una apretura de corazon; una desocupación que 1 Inmola Deo sacrificiom. laudis : et inyoca me in die tribulationis. Psalm. 49, y. 14 et 13. — 2 Sacrificiom laudis honorificabit me: et illic ¡ter , quo ostendam illi se= Antero dai id 7 22 — PR ir ani, presi orabiat, Luc. 22, Y. 43.

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