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e ATAR CRUE RO Dc 20 162 Paz interior. agilaciones que os consumen, y este fuego tomado de vuestro propio hogar, y no del Altar: fuego natural para vosotros, pero es. traño para Dios. En aquellos no vereis otra cosa que humildad, candor, simples respe- tos, sentimientos ingénuos; y si pudieseis pe- netrar el fondo de estos modelos , todo lo que en ello veriais, serian movimientos tranquilos que nacian del corazon, como de fuente pro- porcionados al grado de la gracia, y á la im- presion actual del Espiritu Santo. Imitadios pues, sin añadir vuestro pretendido fervor. Abrid vuestro corazon á Jesucristo econ sim- plicidad , como Zaqueo le abrió su Casa: con- fesad vuestra indignidad delante de él coma el Centurion : pedidle la salud de vuestra atm: como san Pedro le pidió la de su Suecr:: solos con él, solos en el fondo de vosotros mismos , escuchad como Magdalena las pala! bras que dice á yuestro corazon, en esta pro- funda soledad: dadle testimonio de una dis- posicion sincera de obececer todas sus volun- tades, como san Juan: desead uniros íntima- mente con él como María; y asi dispuestos, vendrá su Majestad para adelantar esta union sobre vosotros, con un nudo mas estrecho. Comulgad pues, sin tener demasiada pena para adquirir este fervor actual, y esta viya- cidad de sentimientos que no depende de vos- otros, y que Dios no desea tanto como la humildad, el candor, la Mquietud, la con= fianza y el cuidado de vuestro adelantamiento en la virtud, de la cual parece haceis pozo