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Práctica. 161 »á mis soldados y á mis domésticos, y me »obedecen al punto.» Preséntase el Salvador al Bautismo de san Juan, y le dice el Santo Precursor: «Yo, Señor ¿os he de bautizar ? »Yo seré muy dichoso si recibo de vos este »favor , bien lejos de atreverme á ejercitar >sobre vuestra persona este ministerio de au- »loridad.» Jesus insiste, y Juan obedece. Vé con asombro á Dios á sus pies, pero sin tur- bacion ocupado todo del cuidado de cumplir su voluntad ; y despues de haber confesado delante de él su insuficiencia , lo bautiza pe- netrado su corazon de respeto y amor; pero tan tranquilo el espiritu y; contenido con gra- vedad el cuerpo. Vengo al mas grande de lodos los ejemplos : este es, Ja Santisima Vir- gen, en el punto en que fué favorecida con la mas alta dignidad , que Dios puede dar á Una pura criatura, que es.la de Madre de Dios. Es verdad que se turbó un poco; pero fué por oir que la decian unas grandes ala- banzas , que no creyó merecer. Mas desde que el Angel no le. habla ya de ellas, sinó del Misterio Divino que habia de obrarse en ella, no solamente se rinde á loque se le anuncia, sinó que aún desea su cumplimiento y lo tes- tifica con simplicidad , áun viéndose penetrada de la sublimidad del Misterio y de: su propia nada !. Hallad ahora vosotros en alguno de estos ejemplos vuestros violentos sobresaltos , las 1 Ecce ancilla Domini: fiat mihi, etc

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