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A RC O ¡ 154 Paz inferior. decirlo asi, levantar el velo de la fé , contra la mano poderosa que lo tiene echado sobre sus Ojos. Pero su luz les dió la paz y empe- garon a esperar de Dios, lo que habian creido oder lograr por si: substiluyeron a su apre- surscion inquieta, una diligencia tranquila; y su corazon pacilico se hizo capaz de los deli- cados movimientos de la gracia, que sus turba- ciones y temores interrumpian ; y bendiciendo Dios su docilidad, llegaron a gozar la presencia de Jesus, cuando menos la querian lograr|;- y lo que le servia á su piedad de tortura, vino á ser la mas dulce consolación de¿su vida. 1. Yo hablo aquí con estos devotos ac- tivos, á quienes la prudencia les parece ti- pieza. ¿Cómo ha de ser esto ?¡ Arrimarse fria- mente á Dios! ¡Hacer la mas grande y la mas santa de todas las obras con una accion or- dinaria ! ¡Entrar sin cuidado á hacer das dis- posiciones que la Iglesia ordena, y la santidad de los Sacramentos pide por si misma ! ¡Na probarse á si mismo , como prescribe el Após- tol! ¡O darse por bien dispuesto en medio de la sequedad , cualquiera que sea! ¡ Y unirse á su Salvador con un aire tranquilo, quien conoce la indiferencia y el desprecio! Pero no, no quiero yo que. Os acerqueis Iriamente á este Dios de amor. Pero decidme: ¿Este vuestro fuego puede arder por si? Mas arde ra ci ríamente , cuando os arrimneis a ese horño ardiente, vá este fuego que consume Y, ] Dominús Deu m Deut

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